El novio del olvido.
La previsión del tiempo en la tele siempre anuncia lluvias en Asturias. A veces acierta y otras muchas se equivoca, pero, aunque aquí no siempre llueve, siempre estamos calaos.
Hay inviernos grises y lluvias que caen sobre barricadas encendidas, porras sobre espaldas de trabajadores y violencia como protesta y como respuesta.
La violencia nunca es la vía, pero el descontento también se canalizó en durísimas huelgas de hambre, encierros de centenares de días, manifiestos, asambleas ... y en hitos como el de los trabajadores de Duro Felguera que, junto sus mujeres y tras el grito de Resistencia, consiguieron tras un proceso que duró años, que ninguno de los 128 se quedase en la calle. Hoy, muchos de nosotros no tienen cabida aquí y se reparten en miles por el mundo. No se sabe si estamos bien o mal, no está claro si luchamos o huimos de aquí, si podrán volver los que se van, si encaminan este pedazo de tierra o si es una barco que deriva entre la industria, el urbanismo y el turismo masificado y sudoroso. Un popurrí al que el oso Yogui, Bubú y un urogallo disecado criado en cautividad ponen la guinda.
Hoy, en Asturias, se quiere encarcelar a dos inocentes que sólo defendían su trabajo.