SanMatías Woman
Hubo un sábado bien tempranito en el que en la calle San Matías sonaba la versión original de "No Woman, no cry". Ya saben: "no sad, no tears. You can forget your past". La calle San Matías está bastante lejos de la mía, que es la calle de los truhanes, porque la gente siempre se confhunde con las haches, pero aquel día era sábado, bien tempranito y a mí nunca me gustó mucho el reagge.
De todas formas, allí estaba yo, en esa calle con ladrillos a los lados hasta la altura de la cabeza, en una calle donde las tildes van primero que las letras. Antes, incluso, que las palabras más largas y más esdrújulas como laberíntico, ubérrimo, celebérrimo, magnético o patético, donde un largo autobus repleto de tres viajeros pasa primero que un carricoche. Donde a esas horas, el viento que viene de los astilleros coge carrerilla para llegar al cementerio y robar las flores de las tumbas feas.
2 Comments:
Hubo un sábado que amaneció bien tempranito... entre media resacosix el sol se hizo paso hasta mi cara; sus rayos me cogieron de las manos y a la fuerza me levantaron de sopetón y me calzaron.
Me fui a la calle en bici, con un destino fijo: "la Obligación".
Una vez libre de candados y guardas jurados tenía dos opciones: Dar una patada al sol en su amarillo culo o comprar cerveza en el pingo para seguir despertando a turistas con la darbuca.
Hice lo segundo.
Hubo un sábado, en Aveiro, en que te invité a comer pasta (o era arroz?) fría y zumo de piña.
Después de aquel día, no hubo más sábados.
Ajá! Yo me acuerdo ferpectamente de ese sábado que llegué nada tempranito (para variar sea dicho)a comer pasta y piña con la BUGA , porque mira que es bonito el Gulbenkian, con las buganvillas y los jazmines que huelen a jazmín del que huele bien.
Sí, sí, me acuerDO, sí.
Enviar um comentário
<< Home