terça-feira, outubro 24, 2006

THE EARTH DIED SCREAMING

Me pasa muchas veces que una cosa lleva a la otra, unas músicas a las siguientes, la banda sonora de una peli al resto de la obra de un músico, unos amigos a más, un chiste malo a otro peor...
Creo que hubiese un hilo que uniese a todas las personas conocidas entre sí y cada uno de nosotros quedase también unido a todos los conocidos de la que ella conoce, al final esto sería una red gigantesca que nos abarcaría a todos, nos convertiría en nudos de una malla imaginaria sobre el planeta. Sólo se rompería en un caso: en el momento que una persona no conociese a nadie, si viviese completamente aislada, pero eso creo que es imposible, quizás algún bebé criado por una manada de lobos desde que nació... qué se yo.
Tom Waits, uno de esos descubrimientos rodados que vinieron tras rastrear de rodillas los títulos de crédito borrosos de una peli. A la película llegó una persona mediante un libro y luego me la mostró. ¿O fue primero la película y luego el libro? El caso es que el libro fue un regalo, la película fue en una tarde de invierno -llovía- y bueno, "Smoke" tiene la misma neblina que la voz que se le queda al piano cuando bebe.

Rudy's on the midway
And Jacob's in the hole
The monkey's on the ladder
The devil shovels coal
With crows as big as airplanes
The lion has three heads
And someone will eat the skin that he sheds
And the earth died screaming
The earth died screaming
While I lay dreaming of you
Well hell doesn't want you
And heaven is full
Bring me some water
Put it in this skull
I walk between the raindrops
Wait in Bug House Square
And the army ants
They leave nothin' but the bones
And the earth died screaming
While I lay dreaming of you
There was thunder
There was lightning
Then the stars went out
And the moon fell from the sky
It rained mackerel
It rained trout
And the great day of wrath has come
And here's mud in your big red eye
The poker's in the fire
And the locusts take the sky
And the earth died screaming
While I lay dreaming of you

sábado, outubro 21, 2006

Auster II


No sé por qué me dedico a esto. Si lo supiera, probablemente no tendría necesidad de hacerlo. Lo único que puedo decir, y de eso estoy completamente seguro, es que he sentido tal necesidad desde los primeros tiempos de mi adolescencia. Me refiero a escribir, y en especial a la escritura como medio para narrar historias, relatos imaginarios que nunca han sucedido en eso que denominamos mundo real. Sin duda es una extraña manera de pasarse la vida: encerrado en una habitación con la pluma en la mano, hora tras hora, día tras día, año tras año, esforzándose por llenar unas cuartillas de palabras con objeto de dar vida a lo que no existe…, salvo en la propia imaginación. ¿Y por qué se empeñaría alguien en hacer una cosa así? La única respuesta que se me ha ocurrido alguna vez es la siguiente: porque no tiene más remedio, porque no puede hacer otra cosa.
Nos hacemos mayores, pero no cambiamos. Nos volvemos más refinados, pero en el fondo seguimos siendo como cuando éramos pequeños, criaturas que esperan ansiosamente que les cuenten otra historia, y la siguiente, y otra más.

La novela es una colaboración a partes iguales entre el escritor y el lector, y constituye el único lugar del mundo donde dos extraños pueden encontrarse en condiciones de absoluta intimidad. Me he pasado la vida entablando conversación con gente que nunca he visto, con personas que jamás conoceré, y así espero seguir hasta el día en que exhale mi último aliento.
Nunca he querido trabajar en otra cosa.

Parte del discurso de Paul Auster esta tarde.

sexta-feira, outubro 20, 2006

Tombuctú.

Míster Bones es un perro de raza indefinida, pero de una inteligencia muy precisa. No habla inglés -quizá porque se lo impide la forma de sus fauces-, pero tantos años escuchando el incesante torrente verbal de su amo, han hecho que lo comprenda a la perfección, y que pueda pensar e interpretar el mundo con una sensibilidad muy canina y una sinttaxis muy humana. Porque Míster Bones tiene siete años y ha vivido desde que era un cachorro con William Gurevitch, más conocido como Willi Christmas desde que Santa Claus le habló desde el televisor, provocando en él una auténtica experiencia mística.
Willy es un vagabundo, un poeta errante, un excéntrico superviviente de las revoluciones de los sesenta. En un principio se asoció con Míster Bones en busca de protección porque la vida de las calles es muy dura, pero lo que podría haber sido una mera alianza de conveniencia se conviritió en algo mucho más intenso (Willy hasta llegó a crear una sinfonía de olores, una obra de arte canino para deleitar a Míster Bones), un amor sin condiciones.
Juntos, han recorrido América, han sobrevivido duros inviernos y han vuelto a salir a la carretera con la llegada del buen tiempo. Ahora están viviendo lo que quizás sea su última aventura en común...

Bueno, para algo deben servir los Premios Príncipe, al menos nos traen personajes un poco decentes por aquí.
De las mejores plumas.

La mirada más penetrante.

sexta-feira, outubro 13, 2006

Tratamiento de chok.

Ya












sois
mayores.
Fdo. Salamanca.

quarta-feira, outubro 11, 2006

THE LAKE ISLE OF INNISFREE


I will arise and go now, and go to Inisfree,
and a small cabin build there, of clay and wattles made:
nine beans-rows will I have there, a hive for the honey bee,
and live alone in the bee-loud glade.
And I shall have some peace there, for peace comes dropping slow,
dropping from the veils of the morning to where the cricket sings;
There midnight's all a glimmer, and noon a purple glow,
and evening full of the linnet's wings.
I will arise and go now, for always night and day
I hear the lake water lapping with low sounds by the sore;
while I stand on the roadway, or on the pavement grey,
I hear in the deep heart's core.

W.B. Yeats.

Lo mejor: el ritmo.

quinta-feira, outubro 05, 2006

المراه في الصحراء Mujeres del desierto