sexta-feira, outubro 20, 2006

Tombuctú.

Míster Bones es un perro de raza indefinida, pero de una inteligencia muy precisa. No habla inglés -quizá porque se lo impide la forma de sus fauces-, pero tantos años escuchando el incesante torrente verbal de su amo, han hecho que lo comprenda a la perfección, y que pueda pensar e interpretar el mundo con una sensibilidad muy canina y una sinttaxis muy humana. Porque Míster Bones tiene siete años y ha vivido desde que era un cachorro con William Gurevitch, más conocido como Willi Christmas desde que Santa Claus le habló desde el televisor, provocando en él una auténtica experiencia mística.
Willy es un vagabundo, un poeta errante, un excéntrico superviviente de las revoluciones de los sesenta. En un principio se asoció con Míster Bones en busca de protección porque la vida de las calles es muy dura, pero lo que podría haber sido una mera alianza de conveniencia se conviritió en algo mucho más intenso (Willy hasta llegó a crear una sinfonía de olores, una obra de arte canino para deleitar a Míster Bones), un amor sin condiciones.
Juntos, han recorrido América, han sobrevivido duros inviernos y han vuelto a salir a la carretera con la llegada del buen tiempo. Ahora están viviendo lo que quizás sea su última aventura en común...

Bueno, para algo deben servir los Premios Príncipe, al menos nos traen personajes un poco decentes por aquí.
De las mejores plumas.

La mirada más penetrante.

3 Comments:

At 2:27 da manhã, Anonymous Anónimo said...

Buen mondo el austeriano y los premios principiegos... asina, conócennos.
Sóbranos dinero. Tiri riri riri riri riri riri riri.
Repetimos?

 
At 2:29 da manhã, Anonymous Anónimo said...

Falo como'l mio güelu.

 
At 1:26 da manhã, Blogger Wadi said...

Arrll, no se quiene eres pero no puedes estar muy lejos porque casi nadie tiene las llaves de esta casa.
La fala y el dixebreo te denotan, pero no atino.

 

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