Que lo todo lo bueno se acaba es un topicazo vomitivo... pero esta vez a mí se ha cumplido con creces y ya no se si dar gracias al cielo porque haya sido así o darme de cabeza contra cualquier pared un poco dura.
Aún así, la distancia ayuda a enfriar la cabeza y el cuerpo en general, a plantearse el porqué de las cosas, lo que te puede enamorar o desencantar de un persona y hasta a contar hacia atrás los días que hace que no llorabas por alguien.
De todas formas, ante la inminente bajada de la cota de nieve por estas latitudes, a mí la refrigeración estos días me importa poco y prefiero el contacto con una piel caliente que cualquier razón lógica y terriblemente pensada.
Menuda merda ésta de tener charcos entre personas y no tener días suficientes para saltarlos.
Un Wadi en el Barján
El viento arrastra a arena y cuando ésta encuentra un obstáculo, se va acumulando y así, la duna no sólo crece poco a poco, sino que también se va transladando, va viajando.