sábado, março 18, 2006

Este agua de mar de mar no sé, pero salada es

Las costas se cubren de ladrillos: ladrillo-paletadecemento-otroladrillo-paletadecemento-otroladrillo... Toak, toak, máquinas pasando, nubes esquivando...
- Desde mi ventana ya no se ve el mar.
- Él ríe: ¿desde tu ventana?. El mar ya no se ve ni desde los acantilados.

Aquéllos besos

Dice Andrés (Calamaro) algo parecido a "aquellos besos que ya no vuelven...". Claro, los besos no vuelven, los besos sólo se van, son gestos efímeros, menos permanentes que el chispazo del secador de pelo al enchufarlo. Si por acaso voltam, nos engañan, nunca son los mismos. Llevan una única dirección, la del "embora".

Un Wadi en el Barj�n

E entao?

Portugal

Aveiro en calma: la humedad que empapa el asiento de la bicicleta cuando cae el sol, las baldosas de las calles colocadas por alguien pacientemente y, bajo ellas, se retuercen las raíces de los árboles formando baches y cumbres, raíces aéreas que parten incluso de las ramas más altas aquí, na Travessa del Mercadoemconstruçaoinfinita. El frío en la cara volviendo de alguna parte a cien por hora de buga, la curva, el bordillo, el puente... y otra vez las baldosas bajo las cuales hay raíces que forman charcos cuando llueve.

sexta-feira, março 17, 2006

A los que ya no

A los que se han ido:
A aquéllas personas que ya nunca más veremos. Las que sólo ficam en nuestro recuerdo, en los recuerdos de los que los conocimos, a los que ahora viven en los pensamientos que me asaltan la cabeza de vez en cuando, a los que aparecen en mis sueños cuando menos me lo espero y me hacen despertar en calma... A ellos, nosotros y a los que quedan por venir.

Un Wadi en el Barj�n: Janeiro 2006

Un Wadi en el Barj�n: Janeiro 2006